martes, 2 de febrero de 2021

The Rolling Stones y el increíble talento de la madurez

 Uno de mis recientes amigos musicales, Antonio Bello, con quien comparto a veces charlas que van más allá de la propia música, me llamó casi impactado por un vídeo en el que la famosa canción de Deep Purple "Smoke on the Water" era objeto de una peculiar versión por un grupo latino ya que su texto había sido traducido literalmente del inglés al español quedando sorprendentemente muy bien doblado. El encaje era perfecto y Antonio y yo, muy poco partidarios de estos espontáneos sacrilegios de temas clásicos del Rock, coincidíamos en que el cover estaba muy conseguido y tenía un mérito considerable pese al aire salsero-latino que "Humo en el Agua" confería a esta joya compositiva de Ritchie Blackmore, Jon Lord, Ian Gillan, Roger Glover e Ian Paice.  

    El maestro Bello, tras esta simpática conversación, pasó a recomendarme algunas películas sobre música y una de ellas fue "The Rolling Stones Olé, Olé y Olé: un viaje a través de América Latina".

    Sencillamente emocionante por dos motivos: primero, porque es prácticamente imposible no sucumbir al estremecimiento cuando vuelves a escuchar emblemáticos temas de estos viejos rockeros en un documental que recoge la gira que les lleva desde Argentina hasta Cuba, donde actúan por primera vez en más de 50 años de carrera profesional; segundo, porque se obró casi un milagro al ver mi mujer (Macarena) y yo juntos una película...

    Comentaba a Macarena en una de las secuencias de una entrevista a Keith Richards y Mick Jagger cómo este demostraba un grado de madurez que yo no esperaba de él en ese estado de reposo, pues escuchaba de modo sosegado y respetuoso, diría yo que incluso admirado, a su compañero guitarrista de toda la vida contar inquietudes y anécdotas a la persona que les entrevistaba.

    En esos momentos, Mick Jagger y compañía rondaban los 73 años... Parece mentira cómo naturalmente contemplábamos una fisonomía propia de abueletes cuando Keith Richards o Charlie Watts recorrían lánguidamente alguna calle de Brasil o Perú o bien entraban junto a Ron Wood en un hotel de Colombia o Uruguay con sus sonrisas de agradecimiento a la vida por haberles otorgado el insuperable privilegio de haber mamado Rock y vivir de él cada segundo de sus existencias... y cómo inexplicablemente se transformaban en maduros jovencitos al pisar un escenario que se proyectaba vitalmente sobre miles de almas latinoamericanas que lloraban de emoción, alegría y placer por asistir, incrédulas y al borde del paroxismo, al concierto de sus ídolos...

    Mick Jagger se transformaba, cierta e inevitablemente, en un corcel de 25 años y recorría el escenario de punta a punta porque no hay quien pare a la juventud por muchas arrugas que cubran su archiconocido rostro.

    Todo esto me da esperanzas, me emociona y me hace replicar a posteriori las lágrimas que el mismo Antonio Bello me reconocía haber vertido por teléfono cuando vio por primera vez esta entrañable película.

     Saldremos de todo tipo de crisis con documentos y actitudes como esta. 

https://www.netflix.com/es/title/80148239

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